sábado, 18 de julio de 2020

Si todos usáramos mascarilla, la pandemia estaría controlada en menos de 8 semanas

Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, dijo que cree que la pandemia podría estar bajo control en las próximas cuatro a ocho semanas si “pudiéramos hacer que todo el mundo se pusiera una máscara ahora mismo”. Sus comentarios, hechos el martes con el Journal of the American Medical Association, siguieron a un editorial que él y otros escribieron allí enfatizando “amplia evidencia” de la propagación asintomática y destacando nuevos estudios que muestran cómo las máscaras faciales ayudan a reducir la transmisión.

La investigación que Redfield citó incluye un estudio recientemente publicado que sugiere que el uso universal de mascarillas quirúrgicas ayudó a reducir las tasas de infecciones confirmadas de Covid-19 entre los trabajadores de la salud en el sistema de atención médica Mass General Brigham en Massachusetts.

Sus declaraciones son el mensaje más claro hasta ahora del CDC, en medio de un feroz debate sobre las mascarillas alimentado, inicialmente, por los mensajes cambiantes de los funcionarios federales y mundiales sobre su necesidad y, luego por los que defienden las libertades individuales.

Investigadores de todo el mundo han descubierto que incluso un tapabocas básico de tela es más eficaz para reducir la propagación del Covid-19 que no llevar nada en absoluto. Y muchos están examinando ahora la posibilidad de que las máscaras puedan ofrecer alguna protección personal contra el virus, a pesar de la idea inicial de que en su mayoría protegen a los demás.

Los expertos, de todas formas, advierten que el uso generalizado no elimina la necesidad de seguir otras recomendaciones, como el lavado de manos frecuente y el distanciamiento social.

En ausencia de una amplia disponibilidad de máscaras N95 -consideradas entre las más eficaces pero típicamente reservadas para los trabajadores de la salud- la transmisión puede aún reducirse con barbijos faciales simples y asequibles, según muestra la investigación. En un estudio publicado el mes pasado en la revista Physics of Fluids, los investigadores de la Universidad Atlántica de Florida descubrió que, de las protecciones faciales fácilmente accesibles que estudiaron, una máscara cosida en casa bien ajustada, compuesta por dos capas de tela de acolchado de algodón, era la más eficaz para reducir la propagación de las gotas hacia adelante. La investigación se llevó a cabo utilizando la cabeza de un maniquí, un compresor de aire y un generador de humo que simulaba mecánicamente una tos.

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